el pueblo de Anatot, 128;
el pueblo de Netofa, 56;
el pueblo de Bet-azmavet, 42;
¡Griten una advertencia, pueblo de Galim! ¡Presten atención, los que viven en Lais! ¡Pobre pueblo de Anatot!
Estas son las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, uno de los sacerdotes que vivía en Anatot, en el territorio de Benjamín.
Esto es lo que dice el Señor acerca de la gente de Anatot que trata de matarte, diciéndote: “No profetices en nombre del Señor, o te mataremos”.
Anatot y Almón.