Durante este tiempo, toda la iglesia en Judea, Galilea y Samaria estuvo en tranquilidad. Y la iglesia se fortalecía y aumentaba en número a medida que los creyentes vivían en reverencia para con el Señor, animados por el Espíritu Santo.
Así que yo los animo, mis hermanos y hermanas, por la compasión de Dios por ustedes, que dediquen sus cuerpos como una ofrenda viva que es santa y agradable a Dios. Esta es la manera lógica de adorar.
Yo mismo, Pablo, los insto personalmente, por la bondad y la ternura de Cristo. El mismo Pablo que es “tímido” cuando está con ustedes, pero que es “osado” cuando no está allá.
Simplemente asegúrense de que su forma de vivir corresponde a la buena noticia de Cristo de tal modo que, ya sea que los vea o no, pueda saber cómo están: que permanecen firmes y en plena armonía unos con otros, unidos en espíritu mientras trabajan juntos por la fe de la buena noticia.
De este modo, vivirán vidas que representen correctamente al Señor y que le agraden, dando lugar a todo tipo de buenos frutos y recibiendo mayor conocimiento de Dios.
Epafras, que es uno de ustedes y siervo de Cristo Jesús, envía sus saludos. Él siempre ora con gran fervor por ustedes, para que se mantengan firmes a medida que crecen como cristianos, plenamente convencidos de todo, como Dios quiere.
Por eso seguimos orando por ustedes, para que nuestro Dios los haga dignos del llamado que nos ha hecho. Que Dios cumpla poderosamente cada deseo que tienen ustedes de hacer el bien, y cada acción que nace de la fe en él,
Él es el que nos ha salvado y nos ha llamado para vivir una vida santa, no por medio de lo que hacemos, sino por medio del propio plan de Dios y por medio de su gracia.
Diles que no deben robar cosas para sí, sino demostrar que son completamente fieles y que pueden representar correctamente la verdad acerca de Dios, nuestro Salvador, en todas las formas.
provea todo lo bueno para ustedes a fin de que puedan cumplir su voluntad. Que obre en nosotros, haciendo su voluntad, por medio de Jesucristo, a él sea la gloria por siempre y para siempre. Amén.
Así que, mis hermanos y hermanas que viven para Dios y participan de este celestial llamado: necesitamos pensar con cuidado acerca de Jesús, el que decimos que fue enviado por Dios, y quien es el Sumo Sacerdote.
No paguen mal por mal, ni reclamen cuando otros sean abusivos, sino bendíganlos, porque a eso fueron llamados, para que puedan recibir bendiciones ustedes mismos también.
Pero después de que hayan sufrido un poco, el Dios de toda gracia, que los llamó a su gloria eterna en Cristo, él mismo los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y les dará un fundamento sólido.
Por su poder divino hemos recibido todas las cosas necesarias para una vida cuyo centro es Dios. Esto sucede al conocerlo a él, quien nos llamó a sí mismo por su propia gloria y bondad. De este modo él nos ha entregado promesas maravillosas y preciosas.