y condujo a su rebaño frente a él. Llevó consigo todas las posesiones que había ganado mientras vivió en Padan-Harán, y partió de allí para volver a la tierra de su padre en Canaán.
Pero Eliseo le dijo: “¿No te vi en mi mente cuando el hombre bajó de su carro para recibirte? ¿Es éste el momento de tomar dinero, ropa, olivares, viñedos, ovejas, bueyes, siervos y siervas?
Fueron tras ellos hasta el Jordán, y todo el camino estaba lleno de ropa y objetos que los arameos habían tirado al huir. Los mensajeros regresaron e informaron al rey.
Así que Jazael fue al encuentro de Eliseo. Llevó consigo un regalo de todas las mejores cosas de Damasco: cuarenta camellos cargados de mercancías. Entró, se puso delante de él y le dijo: “Tu hijo Ben Adad, rey de Aram, me ha enviado a preguntarte: ‘¿Me recuperaré de esta enfermedad?’”
Los marineros estaban muy asustados y cada uno oraba a su dios para que los salvara. Tiraron por la borda toda la carga para aliviar el peso del barco. Mientras tanto, Jonás había bajado al interior del barco, donde se había acostado se había quedado dormido.
Todos los que dejan su hogar, a sus hermanos, a sus hermanas, a sus padres, a sus madres, a sus hijos y sus campos por mi causa, recibirán cien veces más y recibirán la vida eterna.