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Referencias Cruzadas
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Daniel 7:15

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Yo, Daniel, estaba profundamente perturbado; las visiones que habían pasado por mi mente me asustaban.

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18 Referencias Cruzadas  

A la mañana siguiente el Faraón estaba preocupado por sus sueños, así que mandó llamar a todos los magos y sabios de Egipto. El Faraón les habló de sus sueños, pero nadie pudo interpretar su significado para él.

Pero no he tenido prisa por dejar de ser tu pastor. No he querido que llegara el tiempo de los problemas. Sabes que todo lo que he dicho lo he dicho delante de ti.

Entonces el que parecía un ser humano me tocó los labios y pude hablar. Le dije al que estaba frente a mí: “Señor mío, desde que vi la visión he estado agonizando y me siento muy débil.

En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, el rey tuvo sueños que lo perturbaron tanto que le resultaba difícil dormir.

“He tenido un sueño que me ha perturbado mucho”, les dijo. “Necesito saber qué significa”.

Cuando Daniel (también llamado Beltsasar) escuchó esto, se angustió por un tiempo, perturbado mientras pensaba en ello. El rey le dijo: “Beltsasar, no te preocupes por el sueño y lo que significa”. “Mi señor, sólo deseo que este sueño sea para los que te odian y la explicación para tus enemigos”, respondió Daniel.

Pero una noche tuve un sueño que me asustó mucho: vi visiones que me aterrorizaron mientras estaba acostado en mi cama.

En el primer año del reinado de Belsasar como rey de Babilonia, Daniel tuvo un sueño en el que pasaban visiones por su mente mientras estaba acostado. Después escribió el sueño, describiéndolo en forma resumida.

Este es el final del resumen. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me perturbaron mucho y mi rostro palideció, pero me lo guardé todo para mí.

En mi visión miré a mi alrededor y vi que estaba en el castillo de Susa, en la provincia de Elam. En la visión me encontraba junto al río Ulai.

Después de esto, yo, Daniel, quedé exhausto y estuve enfermo durante días. Luego me levanté y volví a trabajar para el rey, pero estaba desolado por lo que había visto en la visión y no podía entenderlo.

Me sacudí por dentro cuando oí esto. Mis labios temblaron ante el sonido. Mis huesos se volvieron gelatina y temblé allí donde estaba en pie. Espero en silencio el día en que vendrá la tribulación sobre aquellos que nos atacaron.

Sé que se acerca la hora en que tendré que partir de esta vida, pues nuestro Señor Jesucristo me lo ha dicho.




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