Daniel 5:6

Versión Biblia Libre

Su rostro palideció, y se asustó mucho. Sus piernas cedieron y sus rodillas se golpearon.

Referencias Cruzadas

Salmos 22:14

Siento que soy vertido como agua. Me desplomo como si todos mis huesos se hubieran aflojado. Mi corazón es como cera que se derrite dentro de mí.

Salmos 69:23

Que sus ojos queden ciegos y no puedan ver. Que sus espaldas se encorven de abatimiento.

Isaías 35:3

¡Haz que las manos débiles se fortalezcan, y haz que las rodillas temblorosas se mantengan firmes!

Isaías 5:27

Ninguno de ellos se cansa ni tropieza; ninguno descansa ni duerme. Ningún cinturón se afloja, y ninguna correa de sandalia se rompe.

Jeremías 50:43

El rey de Babilonia ha oído las noticias y está aterrorizado. Está sobrecogido de miedo, con dolor como una mujer de parto.

Ezequiel 21:7

Cuando te pregunten: ‘¿Por qué gimes?’ , debes decirles: ‘Por la noticia que viene. Todos ustedes perderán el valor y se paralizarán de miedo. Todos ustedes se debilitarán por la preocupación; no podrán ponerse de pie’. ¡Cuidado, porque se acerca! Va a suceder! declara el Señor Dios”.

Ezequiel 7:17

Todas las manos cojean y todas las rodillas se debilitan.

Daniel 2:1

En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, el rey tuvo sueños que lo perturbaron tanto que le resultaba difícil dormir.

Daniel 3:19

Esto hizo que Nabucodonosor se enojara tanto con Sadrac, Mesac y Abednego que su rostro se torció de rabia. “¡Hagan el horno siete veces más caliente de lo normal!”, ordenó.

Daniel 4:19

Cuando Daniel (también llamado Beltsasar) escuchó esto, se angustió por un tiempo, perturbado mientras pensaba en ello. El rey le dijo: “Beltsasar, no te preocupes por el sueño y lo que significa”. “Mi señor, sólo deseo que este sueño sea para los que te odian y la explicación para tus enemigos”, respondió Daniel.

Daniel 4:5

Pero una noche tuve un sueño que me asustó mucho: vi visiones que me aterrorizaron mientras estaba acostado en mi cama.

Daniel 5:5

Al instante aparecieron los dedos de una mano humana que escribía en la pared de yeso del palacio del rey, frente al candelabro. El rey observó la mano mientras escribía.

Daniel 7:28

Este es el final del resumen. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me perturbaron mucho y mi rostro palideció, pero me lo guardé todo para mí.

Nahúm 2:10

¡Nínive queda desierta, destruida y desvastada! Los corazones desfallecen, las rodillas tiemblan, hay dolor en los estómagos. Los rostros de todos palidecen.

Hebreos 12:12

Así que fortalezcan sus manos cansadas, y sus rodillas débiles.