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Referencias Cruzadas
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Daniel 2:46

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Entonces el rey Nabucodonosor se postró ante Daniel y lo adoró, y ordenó que le hicieran ofrendas de grano e incienso.

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12 Referencias Cruzadas  

De esta manera podrán ofrecer sacrificios aceptables al Dios del cielo, y pedir por la vida del rey y de sus hijos.

En cuanto oigan el sonido del cuerno, de la flauta, de la cítara, del trigono, del arpa, de la flauta y de toda clase de instrumentos musicales, deben caer al suelo y adorar la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado.

Así que cuando todo el pueblo escuchó el sonido de los instrumentos musicales todos se postraron: la gente de todas las naciones y lenguas adoró la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.

Cuando se acercó a mí, me aterroricé y caí de bruces ante él. “Hijo de hombre”, me dijo, “tienes que entender que esta visión se refiere al tiempo del fin”.

Demolerésus ciudades y destruiré sus santuarios paganos, y me negaré a aceptar sus sacrificios.

Entonces se arrodilló ante los pies de Jesús, agradeciéndole. Y era un samaritano.

Cuando Pedro entró a la casa, Cornelio salió a su encuentro y cayendo a sus pies, lo adoró.

Entonces los sacerdotes del templo de Zeus que está justo a las fueras de la ciudad, trajeron bueyes y guirnaldas a las puertas de la ciudad. Planeaban hacer un sacrificio frente a la multitud.

Y todos estaban esperando que sufriera hinchazón, o que cayera muerto repentinamente. Pero tras esperar largo rato, vieron que nada malo le ocurría, así que cambiaron de opinión y decidieron creer que quizás él era un Dios.

Entonces los veinticuatro ancianos que estaban sentados en sus tronos ante la presencia de Dios, cayeron postrados con sus rostros a tierra y adoraron a Dios.

Entonces caí postrado a sus pies para adorarlo. Y me dijo: “¡No lo hagas! Yo soy un siervo de Dios, como lo eres tú, y como los que aceptan el testimonio de Jesús. Adora a Dios, porque el testimonio de Jesús es el espíritu profético”.

Yo soy Juan, quien escuchó y vio todas estas cosas. Cuando las vi y las escuché, caí a los pies del ángel que me había mostrado estas cosas, para adorarlo.




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