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Referencias Cruzadas
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Daniel 2:37

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Majestad, tú eres el rey de reyes a quien el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la fuerza y la gloria.

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32 Referencias Cruzadas  

Porque Salomón gobernaba toda la región al oeste del Éufrates, desde Tifa hasta Gaza, sobre todos los reinos al oeste del Éufrates. Y tenía paz por todos lados a su alrededor. Tuvo paz en todas las fronteras.

El rey de Babilonia lo trató bien y le dio una posición de honor superior a la de los otros reyes que estaban con él en Babilonia.

“Esto es lo que dice Ciro, rey de Persia: ‘El Señor, el Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha dado la responsabilidad de construir un Templo para él en Jerusalén, en Judá. Cualquiera de ustedes que pertenezca a su pueblo puede ir allí. Que el Señor, su Dios, esté con ustedes’”.

“Esto es lo que dice Ciro, rey de Persia: ‘El Señor, el Dios de los cielos, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha dado la responsabilidad de construirle un Templo en Jerusalén, en Judá.

“Artajerjes, rey de reyes, al sacerdote Esdras, el escriba de la Ley del Dios del cielo: Saludos.

Dios ya lo ha dicho y lo he escuchado muchas veces: El poder te pertenece a ti, oh Dios.

Gracias a mi los reyes reinan, y los gobernantes emiten decretos justos.

Él dice: “¡Todos mis comandantes son reyes!

Siéntate tranquila y vete a las tinieblas, hija de Babilonia. Nunca más serás llamada reina de todos los reinos.

Esto es lo que dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: He atado yugos de hierro al cuello de todas estas naciones para obligarlas a servir a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y le servirán. Incluso le he dado el control sobre los animales salvajes”.

Este es el mensaje del Señor que llegó a Jeremías cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército, junto con las tropas de todos los países que gobernaba y de otras naciones, estaban atacando Jerusalén y todas sus ciudades cercanas:

“Porque esto es lo que dice el Señor Dios: Mira cómo traigo a Nabucodonosor, rey de reyes, para que ataque a Tiro desde el norte. Vendrá con caballos, carros, caballería y un enorme ejército.

El Señor le permitió derrotar al rey Joacim, y también para llevarse algunos de los objetos utilizados en el Templo de Dios. Los llevó de vuelta a Babilonia, a la casa de su dios, colocándolos en el tesoro de su dios.

“Su Majestad, mientras miraba, allí estaba de pie ante usted una gran estatua. La estatua que estaba frente a usted era enorme y resplandeciente. Su aspecto era aterrador.

“Durante el tiempo de estos reyes el Dios del cielo establecerá un reino eterno que nunca será destruido ni tomado por otros. Aplastará todos estos reinos, poniéndoles fin, y durará para siempre,

Cuando Daniel (también llamado Beltsasar) escuchó esto, se angustió por un tiempo, perturbado mientras pensaba en ello. El rey le dijo: “Beltsasar, no te preocupes por el sueño y lo que significa”. “Mi señor, sólo deseo que este sueño sea para los que te odian y la explicación para tus enemigos”, respondió Daniel.

Este eres tú, Majestad. Te has hecho fuerte, tu poder se ha hecho tan grande que ha llegado hasta el cielo, y tu dominio se extiende hasta los confines de la tierra.

Serás expulsado de la sociedad humana y vivirás con los animales salvajes. Comerás hierba como el ganado, y te empaparás del rocío del cielo. Así estarás durante siete veces hasta que reconozcas que el Altísimo gobierna los reinos humanos y que se los da a quienes él escoge.

Sus señales son increíbles. Sus maravillas son asombrosas. Su reino es un reino eterno, y su gobierno durará por todas las generaciones.

Serás expulsado de la sociedad humana y vivirás con los animales salvajes. Comerás hierba como el ganado, y te empaparás del rocío del cielo. Estarás así durante siete veces hasta que reconozcas que el Altísimo gobierna los reinos humanos y que los entrega a quien él quiere”.

Pasado el tiempo, yo, Nabucodonosor, miré al cielo y mi cordura volvió a mí. Bendije y alabé al Altísimo y adoré al que vive para siempre. Su gobierno es un gobierno eterno, y su reino dura por todas las generaciones.

Su Majestad, el Dios Altísimo le dio a su padre Nabucodonosor este reino, y poder, gloria y majestad.

Se le dio autoridad, gloria y el poder de gobernar sobre todos los pueblos, las diferentes naciones y lenguas, para que todos lo adoraran. Su gobierno es eterno, nunca cesará, y su reino nunca será destruido.

Aunque han contratado aliados entre las naciones, yo las reuniré. Etonces se retorcerán bajo el agobio del gran rey.

No dejes que seamos tentados a hacer el mal, y sálvanos del Maligno.

“Tú no tendrías ningún poder a menos que se te conceda desde arriba”, le respondió Jesús. “Así que el que me entregó en tus manos es culpable de mayor pecado”.

y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el gobernante de los reyes de la tierra. A Jesús, quien nos ama y nos libertó de nuestros pecados por medio de su sangre,

Y harán guerra contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es el Señor de señores y Rey de reyes. Sus seguidores son llamados y escogidos, y ellos confían en él”.

Y sobre su túnica y en su muslo estaba escrito el nombre Rey de reyes y Señor de señores.

“Nuestro Señor y Dios, tú eres digno de gloria, honra y autoridad, pues tú lo creaste todo. Por tu voluntad la creación llegó a existir”.

diciendo juntos, a gran voz: “El Cordero que fue inmolado es digno de recibir autoridad, riqueza, sabiduría, fuerza, honra, gloria y bendición”.




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