Los dos reyes, con malas intenciones, se dirán mentiras mientras se sientan juntos a la misma mesa. Pero sus maquinaciones son inútiles: el final llegará en el momento previsto.
Ellos conspiran en hacer el mal. Con orgullo dicen: “¡Qué gran plan hemos creado!”. No hay límites en las profundidades a las que la mente humana puede llegar.
“Así que diles que esto es lo que dice el Señor Dios: ‘¿Crecerá bien? ¿No será desarraigada y sus frutos arrancados para que se marchite? Todas sus hojas se secarán. No se necesitarán brazos fuertes ni mucha gente para arrancarlo de raíz.
En el tercer año del reinado del rey Ciro de Persia, un mensaje fue revelado a Daniel (también llamado Beltsasar). El mensaje era cierto y se refería a un gran conflicto. Él entendió el mensaje y obtuvo la comprensión de la visión.
El rey del norte regresará a su país con toda la riqueza que ha saqueado. Estará decidido a atacar el pueblo del santo acuerdo, y hará todo lo posible para destruirlo antes de regresar a su propio país.
Algunos de los sabios serán asesinados, para que puedan ser refinados y purificados y limpiados hasta el tiempo del fin, porque el tiempo predicho aún está por venir.
En el momento del fin, el rey del sur lo atacará. Pero el rey del norte tomará represalias con fuerza como una tormenta, con carros y jinetes y muchos barcos. Avanzará, barriendo muchas tierras.
Cuando se acercó a mí, me aterroricé y caí de bruces ante él. “Hijo de hombre”, me dijo, “tienes que entender que esta visión se refiere al tiempo del fin”.
Porque la visión es para un tiempo futuro. Es sobre el fin y no miente. ¡Si parece demorarse en su cumplimiento, espera, porque sin duda llegará y no tardará!
Porque él ha establecido un tiempo en el cual juzgará con justicia al mundo por medio del hombre que él ha elegido, y les ha demostrado a todos que él es el escogido al resucitarlo de los muertos”.