Al mismo tiempo, muchos se rebelarán contra el rey del sur. Hombres violentos de su propio pueblo se rebelarán para que se cumpla esta visión, pero fracasarán.
Años más tarde, el rey del norte volverá a reunir un ejército aún más numeroso que el anterior, y lo invadirá con este enorme ejército, acompañado de abundantes provisiones.
Entonces el rey del norte vendrá y construirá rampas de asedio y capturará una ciudad con fuertes defensas. Las fuerzas del sur no podrán impedirlo; ni siquiera sus mejores tropas podrán resistir el ataque.
“Porque Dios puso en sus mentes que hicieran lo que él quería, que tuvieran un mismo acuerdo: ceder su reino a la bestia, para que se cumplan las palabras de Dios.