Cantares 5:7

Versión Biblia Libre

Los vigilantes me encontraron al pasar por la ciudad. Me golpearon, me hirieron y me robaron el manto, aquellos centinelas de las murallas.

Referencias Cruzadas

Salmos 141:5

Deja que sea una persona buena la que me castigue con amor y que me corrija. Sería como una unción, y no me negaré a ello. Pero aún así oraré por los que hacen el mal.

Cantares 3:3

Los vigilantes me hallaron mientras recorría la ciudad. “¿Han visto a mi amado?” - les pregunté.

Cantares 5:6

Me abrí a mi amor, pero él se había ido, ¡se había ido! Quedé destrozada por ello. Lo busqué pero no pude encontrarlo. Lo llamé, pero no respondió.

Cantares 5:8

Mujeres de Jerusalén, prométanme que si encuentran a mi amor y no saben qué decirle, díganle que estoy débil de amor.

Cantares 8:11

Salomón tenía un viñedo en Baal-hamón que arrendaba a agricultores arrendatarios. Cada uno de ellos le pagaba mil monedas de plata por el fruto que producía.

Isaías 3:23

espejos de mano, ropa interior de lino fino, vendas para la cabeza y chales.

Isaías 62:6

He puesto centinelas en tus muros, Jerusalén; no callarán jamás, ni de día ni de noche. Ustedes que oran al Señor, no se detengan nunca a descansar.

Oseas 6:5

Por eso los he reducido a través de los profetas y los destruí con mis palabras. Mi juicio resplandece como la luz.

Mateo 23:2

“Los maestros religiosos y los Fariseos tienen la responsabilidad de ser intérpretes de la ley de Moisés,

Lucas 6:22

“Cuán felices ustedes cuando la gente los odie, los rechace, los insulte y maldiga sus nombres por mí, que soy el Hijo del hombre.

Juan 16:2

Ellos los expulsarán de las sinagogas—de hecho, viene el tiempo en que las personas que los maten, pensarán que están sirviendo a Dios.

2 Corintios 11:13

Estas personas son falsos apóstoles, obreros deshonestos, que fingen ser apóstoles de Cristo.

Filipenses 3:6

respecto a mi fervor religioso, fui perseguidor de la iglesia; y en lo que tiene que ver con el cumplimiento de la ley, soy irreprensible.

Hebreos 12:2

Debemos seguir con la mirada puesta en Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe en Dios. Pues por el gozo que tenía delante, Jesús soportó la cruz, sin importarle su vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.