Los comerciantes que vendieron estas cosas y se enriquecieron al negociar con ella, se mantendrán a la distancia porque temerán sufrir su misma agonía. Llorarán y se lamentarán, diciendo:
Los que compran las ovejas para matarlas no sienten culpa por ello; y los que las venden dicen: “¡Alabado sea el Señor! ¡Ahora soy rico!” Ni aún sus pastores se preocupan por ellos.
Y les explicó: “¿Acaso no dice la Escritura: ‘Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones’? ¡Pero ustedes la han convertido en refugio de ladrones!”
Pero cuando sus amos vieron que la joven había perdido sus medios para ganar dinero, agarraron a Pablo y a Silas y los llevaron a rastras ante las autoridades que estaban en la plaza del mercado.
sus productos de oro, plata, joyas y perlas; lino fino, paños de púrpura, seda, y material de escarlata; todo tipo de objetos hechos de madera perfumada, de marfil, de madera costosa, de bronce, de hierro, o de mármol;
así como cargamentos de canela, especias, incienso, mirra, resina de incienso, aceite de oliva, harina y trigo refinado, ganado y ovejas, caballos y carros, y esclavos y prisioneros.
Y se echaban tierra sobre sus cabezas, gritando, lamentándose y llorando: “¡Desastre, desastre ha herido a la gran ciudad que enriqueció a los dueños de barcos con su extravagancia! ¡En apenas una hora fue destruida!”
Pues todas las naciones han bebido el vino de su descabellada inmoralidad sexual. Los reyes de la tierra han cometido adulterio con ella, y los comerciantes de la tierra se han enriquecido de su sensualidad y excesos”.