Toda esa gente con la que has trabajado, todos aquellos con los que has comerciado desde que eras joven, todos seguirán su camino, nadie vendrá a salvarte.
Expertos artesanos de Gebal estaban a bordo para reparar cualquier fuga. Todos los demás barcos en el mar venían a comerciar contigo y sus marineros hacían trueque por tus mercancías.
Su plata y su oro no los salvarán el día de la ira del Señor. Toda la tierra será consumida con el fuego del celo de su ira. Él se asegurará de que la destrucción de los habitantes del mundo sea repentina y completa.
Pues con avaricia los explotarán a ustedes con historias falsas. Sin embargo, ellos ya están condenados: su sentencia ha estado colgando de sus cuerpos hace mucho tiempo, y su destrucción no tardará.
Los comerciantes que vendieron estas cosas y se enriquecieron al negociar con ella, se mantendrán a la distancia porque temerán sufrir su misma agonía. Llorarán y se lamentarán, diciendo:
Nunca más brillará una lámpara en ti. Nunca más se escucharán las voces del novio y la novia en ti. Tus comerciantes dirigían el mundo. Por tu brujería fueron engañadas todas las naciones.
Pues todas las naciones han bebido el vino de su descabellada inmoralidad sexual. Los reyes de la tierra han cometido adulterio con ella, y los comerciantes de la tierra se han enriquecido de su sensualidad y excesos”.
Los reyes de la tierra que habían cometido adulterio con ella y consintieron sus lujos, llorarán y se lamentarán por ella cuando vean el humo del fuego que la destruye.