Apocalipsis 16:9

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Y se quemaban por el intenso calor, y maldecían el nombre de Dios, quien controlaba estas plagas. Y no se arrepentían ni le daban gloria.

Referencias Cruzadas

2 Reyes 6:33

Mientras Eliseo seguía hablando con ellos, llegó el mensajero. El rey dijo: “Este desastre viene del Señor. ¿Por qué debo esperar más al Señor?”

2 Crónicas 28:22

Incluso en esta época en que tenía tantos problemas, el rey Acaz pecaba cada vez más contra el Señor.

Isaías 1:5

¿Quieren ser castigados? ¿Van a seguir en rebelión? Su mente está dañada por completo, y su corazón está totalmente enfermo.

Isaías 8:21

Vagarán por el país, deprimidos y hambrientos. Cuando estén hambrientos se pondrán furiosos, y mirando hacia arriba maldecirán a su rey y a su Dios.

Jeremías 13:6

Mucho tiempo después, el Señor me dijo: Ve a Perat y trae el taparrabos que te ordené esconder allí.

Jeremías 5:3

Señor, ¿no buscas siempre la fidelidad? Los derrotaste, pero no les importó. Estuviste a punto de destruirlos, pero se negaron a aceptar tu disciplina. Eran tercos, duros como una roca, y no se arrepentían.

Ezequiel 24:13

A causa de tu inmoralidad te habías ensuciado y yo traté de limpiarte, pero no me dejaste limpiar tu suciedad. Así que ahora no volverás a ser pura hasta que termine de enfadarme contigo.

Lucas 13:3

“No, les aseguro que no. Pero a menos que se arrepientan, ustedes perecerán también.

Lucas 13:5

Les aseguro que no. Pero a menos que se arrepientan, ustedes perecerán también”.

2 Corintios 12:21

Me temo que cuando vaya de visita, mi Dios me humillará en presencia de ustedes, y que estaré lamentándome por muchos que han pecado antes, y que aún no se han arrepentido de impureza, inmoralidad sexual, y los actos indecentes que cometieron.

Josué 7:19

Entonces Josué le dijo a Acán: “Hijo mío, honra a Jehová, el Dios de Israel, y confiesa. Dime lo que has hecho. No me lo ocultes”.

Apocalipsis 11:13

Y al mismo tiempo hubo un gran terremoto, y una décima parte de la ciudad colapsó. Siete mil personas murieron en ese terremoto, y el resto de la gente estaba llena de horror, y daba gloria al Dios del cielo.

Apocalipsis 14:7

Y clamaba a gran voz, diciendo: “La reverencia y la gloria sean dadas a Dios, pues ha llegado la hora de su juicio. Adoren a Aquél que hizo el cielo, la tierra, el mar, y las fuentes de agua”.

Apocalipsis 16:21

Cayó del cielo una gran tormenta de granizo sobre la gente, y cada piedra pesaba cien libras. Y la gente maldecía a Dios porque la plaga del granizo era terrible en gran manera.

Apocalipsis 2:21

Yo le di tiempo de arrepentirse de sus pecados sexuales, pero ella no está dispuesta a hacerlo.

Apocalipsis 9:20

Pero el resto de la humanidad que no murió por estas plagas no se arrepintió de lo que estaba haciendo. No dejaron de adorar demonios ni ídolos de oro, plata, bronce y piedra, que no pueden oír ni caminar.