Entonces vi a otro ángel que volaba por en medio del cielo. Tenía el evangelio eterno para que se anunciara a los habitantes de la tierra, a cada nación, tribu, lengua y pueblo.
“¿No es así mi familia con Dios? Porque él ha hecho un acuerdo eterno conmigo, detallado y con todas las partes garantizadas. Se asegurará de salvarme y de darme todo lo que quiero.
Tu reino no tiene fin, y tu gobierno se extiende por todas las generaciones. Las promesas del señor son fieles y él es misericordioso en todos sus actos.
Mira a los cielos y mira a la tierra de abajo. Los cielos desaparecerán como el humo, la tierra se desgastará como la ropa vieja. Los pueblos que la habitan morirán como moscas, pero mi salvación durará para siempre, y mi camino de bondad y de derecho nunca será destruido.
Las polillas se los comerán como si fueran ropa; los insectos los masticarán como si fueran lana. Pero mi bondad durará para siempre, mi salvación perdurará por todas las generaciones.
Mientras seguía orando, Gabriel, a quien había visto anteriormente cuando tuve la visión, vino volando rápidamente hacia mí a la hora del sacrificio vespertino.
Ahora, a Aquél que puede fortalecerlos, mediante la buena noticia que yo comparto y el mensaje de Jesucristo, Conforme al misterio de verdad que ha sido revelado, El misterio de verdad, oculto por la eternidad,
Pero su fe en él debe seguir firme como una roca, e inamovible. No se dejen sacudir de la esperanza de la buena noticia que han oído, la buena noticia que se ha esparcido por todo el mundo. Esa es la obra que yo, Pablo, he estado haciendo.
Ahora pues, que el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran pastor de las ovejas, y lo hizo con la sangre de un pacto eterno,
Pero al mismo tiempo, cuando habla el séptimo ángel, cuando hace sonar su trompeta, entonces estará culminado el misterio de Dios: la buena noticia que anunció mediante sus siervos los profetas.
Entonces a la bestia se le dio poder de atacar a los creyentes y vencerlos, y también se le dio autoridad sobre todos los pueblos, tribus, lenguas y naciones.
Y como has perseverado como te lo dije, cuidaré de ti durante el juicio que viene sobre el mundo, cuando todos los habitantes de la tierra serán juzgados.
Ellos cantaban un cántico nuevo: “Tú eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, pues tú fuiste inmolado y con tu sangre redimiste para Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación.
Entonces vi y escuché a un águila que volaba en medio del cielo y gritaba a gran voz: “Desastre, desastre, desastre viene sobre los habitantes de la tierra por lo que sucederá cuando los últimos tres ángeles hagan sonar sus trompetas”.