Así que Jazael fue al encuentro de Eliseo. Llevó consigo un regalo de todas las mejores cosas de Damasco: cuarenta camellos cargados de mercancías. Entró, se puso delante de él y le dijo: “Tu hijo Ben Adad, rey de Aram, me ha enviado a preguntarte: ‘¿Me recuperaré de esta enfermedad?’”
Y el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a atacar el resto de su descendencia, aquellos que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús.