Urías respondió: “El Arca y los ejércitos de Israel y de Judá están viviendo en tiendas, y mi amo Joab y sus hombres están acampados al aire libre. ¿Cómo voy a ir a casa a comer y beber y a dormir con mi mujer? Por mi vida no haré tal cosa”.
El Señor envió a Natán a ver a David. Cuando llegó allí, le dijo: “Había una vez dos hombres que vivían en la misma ciudad. Uno era rico y el otro pobre.
Tiempo después, el rey Hiram de Tiro envió representantes a David, junto con madera de cedro, carpinteros y canteros, construyeron un palacio para David.
Entonces trajeron el Arca del Señor y la colocaron en su lugar dentro de la tienda que David había montado para ella. Luego David ofreció holocaustos y ofrendas de paz ante el Señor.
Todo lo que hizo el rey David, desde el principio hasta el final, está escrito en las Actas de Samuel el Vidente, las Actas de Natán el Profeta y las Actas de Gad el Vidente.
Ezequías hizo que los levitas estuvieran de pie en el Templo del Señor con címbalos, arpas y liras, siguiendo las instrucciones de David, de Gad, el vidente del rey, y de Natán, el profeta. Las instrucciones habían venido del Señor a través de sus profetas.
El resto de los hechos de Salomón, desde el principio hasta el final, están escritos en las Actas de Natán el Profeta, en la Profecía de Ahías el Silonita y en las Visiones de Iddo el Vidente acerca Jeroboam, hijo de Nabat.
Luego llevó el Arca al Tabernáculo. Levantó el velo y se aseguró de que el Arca del Testimonio estuviera detrás de ella, como el Señor le había ordenado.