Abner había estado fortaleciendo su posición entre los partidarios de la dinastía de Saúl durante la guerra entre los del bando de Saúl y los del bando de David.
Estos fueron los hijos de David que le nacieron en Hebrón: El primogénito fue Amnón, cuya madre fue Ahinoam de Jezreel. El segundo fue Daniel, cuya madre fue Abigail de Carmelo.
Amán explicó a su esposa Zeres y a todos sus amigos lo que le había sucedido. Estos sabios amigos y su esposa Zeres le dijeron: “Si Mardoqueo es del pueblo judío, y ya has empezado a perder la categoría ante él, no podrás vencerlo. Vas a perder ante él, vas a caer!”
Porque los deseos de la naturaleza pecaminosa son contrarios al Espíritu, y los deseos del Espíritu son opuestos a la naturaleza pecaminosa. Se pelean entre sí, de modo que ustedes no hacen lo que quieren hacer.
No estamos peleando contra fuerzas humanas, sino contra poderes y gobernantes sobrenaturales, contra los señores de las tinieblas de este mundo, contra las fuerzas espirituales de maldad que están en los cielos.
Entonces miré y vi un caballo blanco. El que lo cabalgaba sostenía un arco. A él se le dio una corona, y se fue cabalgando, conquistando y ganando victoria.