“¿Por qué ha venido Su Majestad a verme a mí, su siervo?” preguntó Arauna. “Para comprar tu era y así poder construir un altar al Señor para que se detenga la plaga del pueblo”, respondió David.
Cuando llegaron a la era de Atad, al otro lado del Jordán, lloraron con gritos de dolor. José celebró una ceremonia de siete días de luto por su padre allí.
Pero Joab le respondió al rey: “¡Que el Señor multiplique su pueblo cien veces, Su Majestad, y que usted viva para verlo! Pero, ¿por qué quiere hacer esto Su Majestad?”
David le dijo a Ornán: “Por favor, déjame la era. La compraré por su precio completo. Así podré construir aquí un altar al Señor para que cese la plaga del pueblo”.
y siguió al hombre a su tienda. Allí, Finees atravesó con la lanza a ambos, al israelita y al estómago de la mujer. Esta acción detuvo la plaga que había empezado a matar a los israelitas,