“Hijo de hombre, no tengas miedo de ellos ni de lo que digan. No tengas miedo aunque estés rodeado de zarzas y espinas, aunque vivas entre escorpiones. No tengas miedo de lo que digan ni te desanimes por la forma en que te miran, aunque sean una familia rebelde.
Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces le diré a los segadores: reúnan primero la maleza, átenla en bultos y quémenlos. Luego reúnan el trigo y almacénenlo en mi granero’”.