Él se acercó a ella, y la mujer le preguntó: “¿Eres Joab?” “Sí, soy yo”, respondió él. “Por favor, escucha lo que yo, tu sierva, tengo que decirte”, le dijo ella. “Te escucho”, respondió él.
Yo soy del pueblo pacífico y fiel de Israel. Tú tratas de destruir un pueblo que es como una madre en Israel. ¿Por qué quieres derribar la posesión del Señor?” .