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Referencias Cruzadas
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2 Samuel 17:23

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Cuando Ahitofel se dio cuenta de que su consejo había sido ignorado, ensilló su burro y se fue a su casa en la ciudad donde vivía. Puso en orden sus asuntos y luego se ahorcó. Murió y fue enterrado en la tumba de su padre.

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15 Referencias Cruzadas  

Mientras Absalón ofrecía sacrificios, mandó llamar a Ahitofel el gilonita, consejero de David, pidiéndole que viniera desde Gilo, la ciudad donde vivía. La conspiración se hizo más fuerte, y los seguidores de Absalón seguían aumentando.

Y a David le dijeron: “Ahitofel es uno de los que conspiran con Absalón”. Así que David oró: “Señor, por favor, haz que el consejo de Ahitofel no prospere”.

En ese momento los consejos de Ahitofel eran como si recibieran mensajes del propio Dios. Así consideraban tanto David como Absalón los consejos de Ahitofel.

Entonces David y todos los que estaban con él se levantaron y cruzaron el Jordán. Cuando amaneció, no faltaba ya ninguno por cruzar.

Cuando Zimri vio que la ciudad había sido tomada, entró en la fortaleza del palacio real y le prendió fuego a su alrededor, y murió por los pecados que había cometido.

Por aquel entonces Ezequías cayó muy enfermo y estaba a punto de morir. El profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a verlo y le dijo: “Esto es lo que dice el Señor: Pon en orden tus asuntos, porque vas a morir. No te recuperarás”.

¿No es el desastre para los malvados y la destrucción para los que hacen el mal?

Que todo esto sea el castigo del Señor sobre mis enemigos, sobre aquellos que hablan mal de mí.

¡Dios, condénalos y decláralos culpables! Hazlos caer por causa de sus planes de maldad. Deséchalos por causa de sus pecados, porque se han rebelado contra ti.

Pero tú, Dios, derribarás a los asesinos y a los mentirosos, arrojándolos al pozo de la destrucción antes de que hayan vivido la mitad de sus vidas. Y yo, confiaré en ti.

El orgullo lleva a la destrucción. Y un espíritu arrogante conduce a la caída.

La gente destruye su vida por causa de su propia estupidez, y se enojan con el Señor.

Por aquel entonces Ezequías cayó muy enfermo y estaba a punto de morir. El profeta Isaías, hijo de Amoz, se dirigió a él y le dijo: “Esto es lo que dice el Señor: Pon en orden tus asuntos, porque vas a morir. No te recuperarás”.

Judas lanzó las monedas de plata en el santuario y se fue. Huyó y se ahorcó.




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