pero si regresas a la ciudad y le dices a Absalón: ‘¡Seré tu siervo, Su Majestad! Antes trabajaba para tu padre, pero ahora trabajaré para ti’, entonces podrás bloquear el consejo de Ahitofel para mí.
“Ya tengo ochenta años. Ya no disfruto de nada. No puedo saborear lo que como o bebo. No puedo oír cuando la gente canta. No tiene sentido que yo, tu siervo, sea otra carga para tu majestad.