Entonces Amnón sintió rechazo por Tamar con un odio inmenso. Su odio era tan fuerte que era mayor que el amor que le había tenido antes. “¡Levántate! ¡veye de aquí!”, le dijo.
Los babilonios se acercaron a ella y a su lecho de amor, y la mancillaron con su deseo sexual. Sin embargo, después de haber sido deshonrada por ellos, los rechazó con disgusto.