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Referencias Cruzadas
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2 Reyes 5:1

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Naamán, el comandante del ejército del rey de Aram, era considerado un gran hombre por su amo y muy respetado, pues a través de él el Señor había hecho victoriosos a los arameos. Era un poderoso guerrero, pero tenía lepra.

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20 Referencias Cruzadas  

Que la culpa de su muerte caiga sobre Joab y su familia. Que los descendientes de Joab siempre tengan a alguien que tenga llagas, o lepra, o esté lisiado o que lo maten a espada, o que se muera de hambre”.

Un día, mientras Eliseo iba de paso por Sunem, una mujer rica que vivía allí lo convenció para que comiera. Después de esa ocasión, cada vez que pasaba por allí, llegaba allí a comer.

Unos arameos habían hecho una incursión y habían capturado a una joven de la tierra de Israel. La habían hecho sierva de la esposa de Naamán.

“¡Ahora por causa de esto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tus descendientes para siempre!” Y cuando Giezise marchó, tenía la lepra: se veía blanco como la nieve.

Acontecióque había cuatro hombres con lepra a la entrada de la puerta de la ciudad. Y se decían unos a otros: “¿Qué ganaremos con quedarnos aquí sentados hasta morir?

Porque el judío Mardoqueo era el segundo al mando del rey Jerjes, líder de los judíos y muy respetado en la comunidad judía, trabajó para ayudar a su pueblo y para mejorar la seguridad de todos los judíos.

Mardoqueo tenía mucho poder en el palacio real, y su reputación se extendía por las provincias a medida que aumentaba su poder.

El Señor hizo que los egipcios miraran favorablemente a los israelitas. De hecho, el propio Moisés era muy respetado en Egipto tanto por los oficiales del Faraón como por la gente común.

Puedes alistar tu caballo para la batalla, pero la victoria es del Señor.

Y aunque había muchos leprosos en Israel durante el tiempo de Eliseo, ¡el único que fue sanado fue Naamán, el sirio!”

“Tú no tendrías ningún poder a menos que se te conceda desde arriba”, le respondió Jesús. “Así que el que me entregó en tus manos es culpable de mayor pecado”.

(no me atrevería a hablar de ninguna de estas cosas, excepto cuando Cristo mismo lo ha hecho a través de mi), he conducido a los extranjeros a la obediencia a través de mi enseñanza y ejemplo,

Además, como las revelaciones fueron tan asombrosas, y para que no pudiera enorgullecerme de ello, se me dio una “espina en la carne”—un mensajero de Satanás, para herirme a fin de que no me volviera orgulloso.

Pero no fueron a ningún sitio cerca del país de los amonitas, la zona que rodea el río Jabocni los pueblos de las colinas, ni cualquier otro lugar que el Señor nuestro Dios haya puesto fuera de los límites.




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