Sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, pero no como los de su padre y su madre, pues se deshizo de la imagen de piedra de Baal que había hecho su padre.
“¿Así que has venido a buscarme, mi enemigo?” preguntó Acab a Elías. “Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo que es malo a los ojos del Señor”, respondió Elías.
Incluso sacrificó a su propio hijo como holocausto, y utilizó la adivinación y la brujería, y trató con médiums y espiritistas. Hizo mucho mal a los ojos del Señor, haciendo que éste se enojara.
Cuando Joram vio a Jehú, le preguntó: “¿Vienes en son de paz, Jehú?” “¿Qué paz puede haber con tanta prostitución y brujería causada por tu madre Jezabel?” respondió Jehú.