“¿Qué sucedió entonces con la venida que prometió?” preguntan. “Desde que murieron nuestros ancestros, todo ha seguido igual, desde la creación del mundo”.
De inmediato Lot fue a hablar con los hombres que estaban comprometidos con sus hijas. “¡Levántense y salgan de aquí!” les dijo, “porque el Señor está a punto de destruir la ciudad!” Pero ellos pensaron que se trataba de una broma.
Ustedes han cansado al Señor con sus palabras. “¿Cómo lo hemos cansado?” preguntan ustedes. Al decir que todos los que hacen el mal son Buenos a la vista del Señor, y que él está a gusto con ellos, o también al preguntar ¿dónde está la justicia del Señor?
Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, junto con sus ángeles. Entonces le dará a cada uno lo que merece conforme a lo que haya hecho.
Pero ¿qué sucedería si el siervo pensara: ‘Mi amo se está demorando en venir,’ y entonces comenzara a golpear a los otros siervos, hombres y mujeres, festejando y emborrachándose?
Pues lo que nos da esperanza, lo que nos da felicidad, lo que nos hace sentir realmente orgullosos al estar en presencia de nuestro Señor Jesucristo cuando regrese, es tenerlos a ustedes allí también.