Tengo tantas cosas que decirte pero que no las escribiré más con tinta, porque espero visitarte y hablar contigo cara a cara. ¡Eso nos haría muy felices!
Yo hablo con él personalmente, cara a cara. Hablo claramente, y no con acertijos. Él ve la semejanza del Señor. Entonces, ¿por qué no tuvieron miedo al criticar a mi siervo Moisés?”
¡El novio es quien se casa con la novia! El padrino espera y escucha al novio, y se alegra cuando escucha la voz de alegría del novio, así que ahora mi felicidad está completa.
Así que si logro ir a visitarlos, dejaré claro lo que él ha estado haciendo. Pues ha estado acusándonos falsamente. Y no satisfecho con eso, se niega a recibir a algún otro hermano. Tampoco permitirá que otros los reciban, y expulsa de la iglesia a quienes lo hacen.