Lo que quise decir cuando les escribí es que no deben juntarse con cualquiera que se haga llamar cristiano y sea inmoral, codicioso, o idólatra; o que sea abusador, borrachón o engañador. ¡Ni siquiera se sienten a comer con alguien así!
Ahora queremos decirles, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que no se asocien con ningún creyente que no quiera trabajar por su sustento, esos que no siguen las enseñanzas que aprendieron de nosotros.
Así que si logro ir a visitarlos, dejaré claro lo que él ha estado haciendo. Pues ha estado acusándonos falsamente. Y no satisfecho con eso, se niega a recibir a algún otro hermano. Tampoco permitirá que otros los reciban, y expulsa de la iglesia a quienes lo hacen.