“Así que mi pueblo viene a visitarte como suele hacerlo. Se sientan y escuchan el mensaje que compartes, pero no hacen nada al respecto. Aunque hablan de amor, sólo piensan en cómo engañar a los demás.
Ahora, al resto de ustedes (y en esto hablo yo, y no el Señor), yo les diría que si un hombre cristiano tiene una esposa que no es cristiana y ella está dispuesta a permanecer con él, entonces él no debe dejarla.
Ahora, en cuanto a las “personas que no están casadas”, no tengo una instrucción específica del Señor, así que permítanme darles mi opinión como alguien que mediante la misericordia del Señor es considerado digno de confianza.
Este es mi consejo: sería bueno que terminaran lo que comenzaron. El año pasado ustedes fueron no solo los primeros en dar sino también los primeros en querer hacerlo.
Así que les ruego que los reciban antes que todas las demás iglesias y les muestren su amor, demostrando así que tenemos razón en estar muy orgullosos de ustedes.
Sé cuán prestos están para ayudar. De hecho, elogié esto en Macedonia, diciendo que en Acaya ustedes han estado prestos por más de un año, y que su entusiasmo ha animado a muchos de ellos a dar.
“Así que respeten al Señor y adórenlo, sincera y fielmente. Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraron más allá del Éufrates y en Egipto, y adoren al Señor.