Obligué a Tito para que fuera a verlos, y envié a otro hermano con él. ¿Acaso Tito se aprovechó de ustedes? No, porque ambos tenemos el mismo espíritu y usamos los mismos métodos.
Este es mi consejo: sería bueno que terminaran lo que comenzaron. El año pasado ustedes fueron no solo los primeros en dar sino también los primeros en querer hacerlo.
También fue designado por las iglesias para que fuera con nosotros a entregar esta ofrenda que llevamos con nosotros. Lo hacemos para honrar al Señor y para mostrar nuestro ferviente deseo de ayudar a otros.
Si alguno pregunta sobre Tito, digan que es mi compañero. Trabaja conmigo en favor de ustedes. Los otros hermanos son representantes de las iglesias y que honran a Cristo.
Por eso decidí pedir a estos hermanos que los visiten antes, y finalicen los arreglos necesarios para recoger esta ofrenda, de tal modo que esté lista como un regalo y no como una obligación.
¡Porque yo tengo de todo, incluso más de lo que necesito! Estoy agradecido por haber recibido de parte de Epafrodito las cosas que me enviaron. Son como un sacrificio con dulce aroma que agrada a Dios y él aprueba.
Cualquiera sea el don que hayan recibido, compártanlo con otros entre ustedes, como un pueblo que demuestra sabiamente la gracia de Dios, en todas sus formas.