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Referencias Cruzadas
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1 Samuel 7:5

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Entonces Samuel dijo: “Que todo el pueblo de Israel se reúna en Mizpa, y yo oraré al Señor por ustedes”.

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18 Referencias Cruzadas  

Envía a esta mujer con su esposo. Él es un profeta, y orará por ti, y tú vivirás. Pero si no la envías de regreso, debes saber que tú y toda tu familia morirán”.

También se le llamó Mizpa, porque como dijo Labán: “Que el Señor nos vigile de cerca a los dos cuando no estemos juntos.

Cuando todos los oficiales del ejército de Judá y sus hombres se enteraron de que el rey de Babilonia había nombrado a Guedalías como gobernador, ellos y sus hombres se reunieron con Guedalías en Mizpa. Entre ellos estaban: Ismael hijo de Netanías, Johanán, hijo de Carea, Seraías, hijo de Tanjumet el netofita, Jazanías, hijo del maacateo.

El día veinticuatro de este mismo mes, los israelitas se reunieron, ayunando y vistiendo de cilicio, con polvo en la cabeza.

Así que Jeremías se dirigió a Gedalías hijo de Ahicam, en Mizpa, y se quedó con él con la gente que aún quedaba en el país.

“¡Escuchen esto, sacerdotes! ¡Presta atención, casa de Israel! ¡Escuchen, miembros de la failia real!

Reúnan a todo el pueblo: a los ancianos, a los niños, incluso a los bebés. Que el novio y la novia salgan de sus habitaciones.

Los ejércitos amonitas habían sido convocados y estaban acampados en Galaad. Los israelitas se reunieron y acamparon en Mizpa.

Todos los israelitas, desde Dan hasta Beerseba, incluyendo la tierra de Galaad, fueron y se reunieron en Mizpa ante el Señor. La asamblea estaba unida en su propósito.

Entonces Samuel convocó al pueblo de Israel a presentarse ante el Señor en Mizpa.

¿No es el tiempo de la cosecha de trigo? Pues bien, le pediré al Señor que envíe truenos y lluvia. Entonces se darán cuenta del mal que han hecho ante los ojos del Señor cuando exigieron su propio rey”.

“En cuanto a mí, ¿cómo podría pecar contra el Señor dejando de orar por ustedes? También seguiré enseñándoles el camino del bien y la rectitud.

Después de esto, Samuel tomó una piedra y la colocó entre Mizpa y Sen. La llamó Ebenezer, diciendo: “¡El Señor nos ayudó hasta aquí!”.

Todos los años recorría el país, yendo a Betel, Gilgal y Mizpa. En todos estos lugares atendía los asuntos de Israel.

El pueblo de Israel se deshizo de sus baales e imágenes de Astoret y sólo adoró al Señor.

A Samuel le pareció que era una mala idea cuando le dijeron: “Danos un rey que nos gobierne”, así que oró al Señor al respecto.




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