Doscientos de ellos se quedaron allí porque estaban demasiado cansados para cruzar el valle, mientras que David siguió adelante con cuatrocientos hombres.
Entonces Saúl y todo su ejército se reunieron y entraron en batalla. Descubrieron que los filisteos estaban en total desorden, atacándose unos a otros con las espadas.
Cuando David recuperó a los doscientos hombres que habían estado demasiado cansados para seguir con él desde el valle de Besor, salieron a recibirlo a él y a los hombres que lo acompañaban. Cuando David se acercó a los hombres para saludarlos,