“He pecado porque no me di cuenta de que estabas parado en el camino para enfrentarme”, dijo Balaam al ángel del Señor, “Así que, si esto no es lo que quieres, volveré a casa”.
Entonces Aquis llamó a David y le dijo: “Vive el Señor, tú eres honesto y has hecho lo correcto por lo que veo. Por lo que a mí respecta, debes marchar conmigo a la batalla porque no he encontrado ningún fallo en ti desde el día en que llegaste hasta ahora. Pero los otros líderes no te aprueban.
“¿Pero, qué he hecho?” preguntó David. “¿Qué falta has encontrado en mí, tu siervo, desde el día en que vine a ti hasta ahora, que me impida ir a luchar contra los enemigos de mi señor el rey?”