El hombre se llamaba Nabal, y su esposa se llamaba Abigail. Era una mujer sabia y hermosa, pero su marido era cruel y trataba mal a la gente. Era descendiente de Caleb.
El Señor le había ordenado a Josué que asignara algunas tierras en el territorio de Judá a Caleb, hijo de Jefone, y así se le dio la ciudad de Quiriat-arba, o Hebrón. (Arba era el padre de Anac).
Debes saber lo que ha pasado y pensar en lo que debes hacer al respecto. El desastre está a punto de golpear a nuestro amo y a toda su familia, ¡pero es tan odioso que nadie puede hacerlo entrar en razón!”
Por favor, no te inquietes por ese despreciable de Nabal. Su nombre significa ‘tonto’, y él es realmente tonto. En cuanto a mí, tu siervo, ni siquiera vi a los hombres que enviaste.