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Referencias Cruzadas
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1 Samuel 25:24

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Cayendo a sus pies en señal de respeto, le dijo: “Señor, acepto toda la responsabilidad por lo que ha sucedido. Por favor, escuche lo que yo, su sierva, tengo que decir.

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15 Referencias Cruzadas  

Judá se acercó y le dijo: “Si te complace, mi señor, deja que tu siervo diga una palabra. Por favor, no te enfades con tu siervo, aunque seas tan poderoso como el propio Faraón.

“¿Podría pedir otra cosa, Su Majestad?” , preguntó la mujer. “Adelante”, respondió él.

“Gracias, Su Majestad”, dijo la mujer. “Yo y mi familia asumiremos la culpa, y que Su Majestad y su familia sean considerados inocentes”.

Él se acercó a ella, y la mujer le preguntó: “¿Eres Joab?” “Sí, soy yo”, respondió él. “Por favor, escucha lo que yo, tu sierva, tengo que decirte”, le dijo ella. “Te escucho”, respondió él.

Ella entró, se postró a sus pies y se inclinó hasta el suelo. Luego recogió a su hijo y se fue.

Ester fue a hablar de nuevo con el rey, cayendo a sus pies y llorando, suplicándole que acabara con el malvado plan de Amán el agagueo que había ideado para destruir a los judíos.

Si eres paciente, podrás persuadir a tu superior, y las palabras suaves pueden derribar la oposición.

Si tu superior se enfada contigo, no te rindas y te vayas. Si mantienes la calma, incluso los errores graves pueden resolverse.

Su consiervo se lanzó a los pies de este hombre y le rogó: ‘¡Por favor, sé paciente conmigo! ¡Yo te pagaré!’

Un poco más tarde, David salió de la cueva y gritó: “¡Mi amo el rey!”. Cuando Saúl miró a su alrededor, David se inclinó con el rostro hacia el suelo.

Cuando Abigail vio a David, se bajó rápidamente del asno y se inclinó ante él, con el rostro en el suelo.

Por favor, no te inquietes por ese despreciable de Nabal. Su nombre significa ‘tonto’, y él es realmente tonto. En cuanto a mí, tu siervo, ni siquiera vi a los hombres que enviaste.

Por favor, perdona cualquier ofensa que yo, tu sierva, haya cometido, porque el Señor está seguro de establecer una dinastía para ti que durará mucho tiempo, porque tú, señor, peleas las batallas del Señor. La maldad no debe encontrarse en ti mientras vivas.




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