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Referencias Cruzadas
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1 Samuel 24:12

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“Que el Señor decida entre tú y yo quién de los dos tiene razón, y que el Señor te castigue, pero yo nunca intentaré hacerte daño.

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17 Referencias Cruzadas  

Entonces Sarai se quejó con Abrán: “¡Esto que estoy sufriendo es por tu culpa! Te entregué a mi esclava para que te acostaras con ella, y ahora que sabe que está embarazada me trata con menosprecio. ¡Que el Señor decida entre los dos quién es el culpable, si tú o yo!”

Que el Dios de Abraham y el Dios de Nacor, el Dios de nuestros antepasados, sea el que juzgue entre nosotros cualquier disputa”. Jacob, a su vez, hizo la solemne promesa en nombre de maravilloso Dios de su padre Isaac.

Dios me vindica, pone a los pueblos bajo mis pies,

Entonces el Espíritu vino sobre Amasai, el líder de los Treinta. “¡Somos tuyos, David, y estamos contigo, hijo de Isaí! Que la paz, la prosperidad y el éxito sean tuyos y de los que te ayuden, porque Dios es el que te ayuda”. Así que David les permitió unirse a él, y los puso al frente de su ejército.

“Si fuera yo, iría donde Dios y expondría mi caso ante él.

Resiste a mis oponentes, Señor. Pelea con aquellos que están peleando contra mí.

Dios, ¡Por favor reivindícame! Aboga por mi caso contra una nación infiel; sálvame de esa gente malvada y deshonesta.

¡El Señor es un Dios de venganza! Dios de venganza, ¡manifiéstate!

Queridos amigos, no procuren la venganza, más bien dejen que Dios sea quien haga juicio—tal como señala la Escritura: “‘Es a mí a quien corresponde administrar la justicia, yo pagaré,’ dice el Señor”.

y cuando fue maltratado, no replicó. Cuando sufrió, no amenazó con venganza. Simplemente se puso en manos de Aquél que juzga siempre con justicia.

Y clamaban, diciendo: “¿Hasta cuándo, Señor, que eres santo y verdadero, harás juicio y traerás justicia sobre aquellos en la tierra que derramaron nuestra sangre?”

Yo no he pecado contra ti, pero tú me has hecho mal al ir a la guerra contra mí. Que el Señor, el Juez, decida hoy entre los israelitas y los amonitas”.

David corrió desde Naiot en Ramá hasta donde estaba Jonatán y le preguntó: “¿Qué he hecho? ¿Qué mal he hecho? ¿Qué cosa terrible le he hecho a tu padre para que quiera matarme?”

Que el Señor decida y elija entre tú y yo. Que preste atención a mi caso y lo apoye; que me salve de ti”.

El Señor recompensa a todos los que hacen lo correcto y son fieles. El Señor me ha entregado hoy a ti, pero me he negado a dañar al ungido del Señor.




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