Geladalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, les hizo una promesa solemne, diciendo: “No se preocupen por servir a los babilonios. Quédense aquí en el país y sirvan al rey de Babilonia, y las cosas les irán bien.
Aunque tu propio hermano, o tu hijo o hija, o la esposa que amas, o tu mejor amigo te animen en secreto, diciendo: “Vamos a adorar a otros dioses” desconocidos para ti y tus antepasados,