Mientras hablaba con ellos, Goliat, el campeón filisteo de Gat, salió de sus filas y gritó su desafío como antes, y esta vez David escuchó lo que decía.
Todos los soldados israelitas huyeron al verlo, porque tenían un miedo terrible.
Entonces salió del campamento filisteo un campeón. Se llamaba Goliat, de Gat, y medía seis codos y un palmo.