Durante toda su vida Saúl estuvo en guerra constante con los filisteos. Saúl reclutó para su ejército a todo guerrero fuerte y a todo luchador valiente que encontró.
Los filisteos se reunieron para pelear contra Israel. Tenían tres mil carros, seis mil jinetes y soldados tan numerosos como la arena en la orilla del mar. Avanzaron y acamparon en Micmas, al este de Bet-aven.
Después de que Saúl aseguró su dominio sobre Israel, luchó contra todos sus enemigos de alrededor: Moabitas, amonitas, edomitas, los reyes de Soba y los filisteos. En cualquier dirección que tomara, los derrotaba a todos.
Entonces les dijo: “Esto es lo que hará un rey cuando gobierne sobre Israel: Tomará a sus hijos y los hará servir como soldados y jinetes, y para que corran como guardia delante de sus propios carruajes.