Entonces le dijeron a Saúl: “Mira, los hombres están pecando contra el Señor al comer carne con la sangre”. “¡Infractores de la ley!”, les dijo Saúl. “¡Tira una piedra grande aquí ahora mismo!”
¡Estás siendo un hipócrita! Primero saca la viga que tienes en tu propio ojo. Entonces podrás ver con claridad y sacar la astilla del ojo de tu hermano.
Debemos escribirles y decirles que eviten la comida sacrificada a los ídolos, la inmoralidad sexual, la carne de animales que hayan sido estrangulados, y de consumir sangre.
Así que si juzgas a otros, no tienes excusa, quienquiera que seas. Pues en todo lo que condenas a otros, te estás juzgando a ti mismo, porque tú haces las mismas cosas.
Luego les dijo: “Recorran todo el lugar donde están los soldados y díganles, ‘Cada uno debe traerme su ganado o sus ovejas y sacrificarlos aquí, y luego comer. No pequen contra el Señor comiendo carne con sangre’”. Cada uno del ejército trajo lo que tenía y lo sacrificó allí aquella noche.