Josué envió hombres desde el campamento cerca de Jericó a la ciudad de Hai, que está cerca de Bet-avén, al este de Bet-el. “Vayan y exploren la tierra”, les dijo. Así que fueron y exploraron alrededor de Hai.
Cuando el Señor proveyó a Israel de jueces, estuvo con cada juez y salvó al pueblo de sus enemigos durante la vida de ese juez, porque el Señor se compadecía de su pueblo, que gemía bajo sus opresores y perseguidores.
Pero ahora ustedes han rechazado a su Dios, el que los salva de todos sus problemas y aflicciones. Y le han dicho: ‘Tienes que nombrar un rey que nos gobierne’. Así que ahora preséntense ante el Señor por tribus y grupos familiares”.
Los filisteos se reunieron para pelear contra Israel. Tenían tres mil carros, seis mil jinetes y soldados tan numerosos como la arena en la orilla del mar. Avanzaron y acamparon en Micmas, al este de Bet-aven.
“Mañana a esta hora te voy a enviar un hombre de la tierra de Benjamín. Nómbralo como gobernante de mi pueblo Israel, y él los rescatará de los filisteos. He visto lo que le pasa a mi pueblo y he escuchado su ruego de ayuda”.