Joab informó al rey del número de personas que habían sido contadas. En Israel había 800.000 hombres combatientes que podían usar la espada, y en Judá había 500.000.
Los líderes de todo el pueblo de cada tribu israelita tomaron sus posiciones asignadas en el ejército reunido del pueblo de Dios, cuatrocientos mil soldados armados con espadas.
A los mensajeros que llegaron les dijeron: “Diganles a los hombres de Jabes de Galaad: ‘Mañana serán rescatados, para cuando el sol está caliente’.”. El pueblo de Jabes se puso muy contento cuando los mensajeros les dieron este mensaje.
Entonces Samuel se fue de Gilgal. El resto de los soldados siguió a Saúl para reunirse con el ejército, yendo de Gilgal a Geba, en Benjamín. Saúl contó el número de soldados que estaban con él y eran unos seiscientos.