es “La piedra que hace tropezar y los hace caer”. La gente tropieza con este mensaje porque se niegan a aceptarlo, lo cual es completamente predecible en cuanto a ellos.
El Señor responde: “¿No te has enterado? Lo decidí hace mucho tiempo; lo planeé en los viejos tiempos. Ahora me estoy asegurando de que ocurra, de que derribes las ciudades fortificadas hasta convertirlas en montones de escombros.
Él será un santuario para ustedes. Pero para las familias reales de Israel y de Judá será una piedra de tropiezo y una roca que será un obstáculo; una trampa y un lazo para la gente que vive en Jerusalén.
Entonces Simeón los bendijo, y dijo a María la madre de Jesús: “Este niño está destinado para hacer que muchos en Israel caigan y muchos otros se levanten. Es una señal de Dios que muchos rechazarán,
Es como si Dios, queriendo demostrar su oposición al pecado y para revelar su poder, soportara con paciencia estas “vasijas destinadas a la destrucción”,
En cuanto a mí, hermanos y hermanas, si aún estamos en favor de la circuncisión, ¿por qué me siguen persiguiendo? Si eso fuera cierto, eliminaría el tema de la cruz, que tanto ofende a la gente.
Como dice la Escritura: “¡Miren! Yo establezco en Sión su piedra angular, una piedra escogida de manera especial y valiosa. Todo el que crea en él no será defraudado”.
Él es muy valioso para todos ustedes los que creen. Pero para los que no creen, “La piedra que los constructores rechazaron, y que llegó a ser la piedra angular del fundamento”.
Pues con avaricia los explotarán a ustedes con historias falsas. Sin embargo, ellos ya están condenados: su sentencia ha estado colgando de sus cuerpos hace mucho tiempo, y su destrucción no tardará.
Pues algunos se han infiltrado entre ustedes. Ya antes se escribió acerca de ellos y fueron condenados, porque son personas malvadas que pervierten la gracia de Dios, convirtiéndola en una licencia para la inmoralidad, mientras que también niegan a nuestro Señor y maestro Jesucristo.