te estoy dando lo que pediste. Te estoy dando una mente sabia, con un entendimiento de lo que es correcto, más que cualquier otro antes de ti o después de ti.
Pero Cristo es un hijo, a cargo de la casa de Dios. Y nosotros somos la casa de Dios siempre y cuando nos aferremos con confianza a la esperanza en la cual decimos que creemos con orgullo.