En consecuencia, escuchen lo que dice el Señor Dios: ¡Mira! Estoy colocando una piedra fundamental en Jerusalén, una piedra fuerte y bien probada. Es una piedra angular valiosa que proporciona un fundamento firme. El que confía en ella no quedará suelto.
Por medio de la gracia que Dios me dio, yo puse el fundamento como un supervisor calificado en obras de edificación. Ahora alguien más construye sobre ese fundamento. Quien hace la construcción debe vigilar lo que esté haciendo.
Pero el fundamento sólido y fiel de Dios se mantiene firme, con esta inscripción: “El Señor conoce a los que son suyos”, y “Todo el que invoque el nombre del Señor está apartado de todo mal”.