Ana, la profetisa, vivía también en Jerusalén. Ella era la hija de Fanuel, de la tribu de Aser, y ya estaba muy vieja. Había estado casada por siete años
‘Dios dice: En los últimos días, derramaré mi Espíritu sobre toda la gente. Sus hijos e hijas profetizarán. Sus jóvenes tendrán visiones, y sus ancianos tendrán sueños.
Si la cabeza de una mujer no está cubierta, entonces debe afeitarla. Si cortar su cabello o afeitarlo es causa de escándalo, entonces debe cubrir su cabeza.