Cantares 2 - Biblia Serafín de Ausejo 19751 Soy un narciso del Sarón, una azucena de los valles. 2 Como lirio entre espinos, así mi amada entre las jóvenes. 3 Como manzano entre los árboles silvestres, así mi amado entre los jóvenes. A su sombra he deseado sentarme, y comer de sus sabrosos frutos. 4 Me introdujo en la bodega; su enseña sobre mí es el amor. 5 Confortadme con tortas de pasas, fortalecedme con manzanas, que desfallezco de amor. 6 En su izquierda reposa mi cabeza; con su diestra me abraza. 7 Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro por las gacelas y las ciervas de los campos: no despertéis ni desveléis a mi amor hasta que quiera. 8 ¡Una voz! ¡Es mi amado! Ya se acerca brincando por los montes, saltando por los collados. 9 Mi amado se parece a la gacela o a un cervatillo. Allá está parado detrás de la cerca, observando por ventanas, atisbando a través de celosías. 10 Mi amado me llama y me dice: ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven! 11 Mira, el invierno ha pasado, la lluvia ha cesado y se ha ido. 12 En el campo se ven flores, llega el tiempo de los cantos, y el arrullo de la tórtola se deja oír en los campos. 13 Despuntan las yemas de las brevas, las viñas en flor exhalan su fragancia. ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y ven! 14 Paloma mía que anidas en las grietas de la roca, en los huecos escarpados, déjame ver tu figura, hazme sentir tu voz; que tu voz es suave, tu figura, graciosa. 15 Cazadnos las raposas, las raposas pequeñas que destrozan las viñas; que las nuestras están ya en flor. 16 Mi amado es mío y yo soy suya; del pastor de azucenas. 17 Hasta que expire el día y las sombras se alarguen, vuelve, amado mío, igual que la gacela o como el cervatillo, por los montes de Béter. |
Copyright © Serafín de Ausejo 1975.