Y respondió Abraham, y dijo: En verdad, aunque soy polvo y ceniza, ahora que me he atrevido a hablar a mi Señor,
Salmos 22:15 - La Biblia Textual 3a Edicion Mi vigor se ha secado como tiesto, Y mi lengua se pega a mi paladar.° ¡Me has puesto en el polvo de la muerte! Plis vèsyonBiblia Reina Valera 1960 Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte. Biblia Nueva Traducción Viviente Mi fuerza se ha secado como barro cocido; la lengua se me pega al paladar. Me acostaste en el polvo y me diste por muerto. Biblia Católica (Latinoamericana) Mi garganta está seca como teja, y al paladar mi lengua está pegada: ya están para echarme a la sepultura. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Como el agua me disuelvo, todos mis huesos se dislocan; mi corazón es como cera que se derrite en mis entrañas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Se secó como un tiesto mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte. Biblia Traducción en Lenguaje Actual 15 (16) Tengo reseca la garganta, y pegada la lengua al paladar; me dejaste tirado en el suelo, como si ya estuviera muerto. |
Y respondió Abraham, y dijo: En verdad, aunque soy polvo y ceniza, ahora que me he atrevido a hablar a mi Señor,
Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que retornes a la tierra, Porque de ella fuiste tomado, Pues polvo eres° y al polvo volverás.
Pues irremisiblemente hemos de morir, y somos como agua derramada en la tierra, que no puede ser recogida, pero ’Elohim no quita la vida, sino que provee medios para que el desterrado no siga alejado de Él.
Recuerda, te ruego, que del barro me moldeaste, ¿Y al polvo me harás volver?
Mi piel y mi carne se pegan a mis huesos, Y he escapado tan solo con la piel de mis dientes.
Ahora mi alma se me derrama, Porque los días de aflicción se han apoderado de mí.
¿Por qué no quitas mis pecados y haces que pase mi iniquidad? Porque en breve me acostaré en el polvo, Me buscarás, pero no existiré.
Cuando ocultas tu rostro, se turban, Si retiras el soplo, dejan de ser, Y vuelven a su polvo.
¿Que provecho hay en mi muerte° cuando baje a la sepultura? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
Mi corazón palpita, me ha dejado mi vigor, Y la luz de mis ojos, aun ésta, me falta ya.
Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre.
Estoy cansado de llamar, Mi garganta ha enronquecido, Mis ojos desfallecen esperando a mi Dios.
El corazón alegre es una buena medicina, Pero el espíritu quebrantado seca los huesos.
Por tanto, Yo le daré parte con los grandes, Y con los fuertes repartirá despojos, Por cuanto derramó su vida hasta la muerte, Y fue contado entre los pecadores, Habiendo cargado el pecado de multitudes y orado por los transgresores.
d De pura sed, la lengua del lactante se pegó a su paladar, Los niños piden pan, y no hay quien lo reparta.
Y una multitud de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión eterna.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo había° sido consumado, para que se cumpliera° la Escritura, dijo:° Tengo sed.
Porque primeramente os entregué lo que también recibí: Que el Mesías murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;°