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Mateo 9:27 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

27 Cuando Jesús estaba caminando, le siguieron dos ciegos que gritaban, diciendo: – ¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!

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Biblia Reina Valera 1960

27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Cuando Jesús salió de la casa de la niña, lo siguieron dos hombres ciegos, quienes gritaban: «¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Al retirarse Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos que gritaban: '¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Y pasando Jesús de allí, lo siguieron dos ciegos diciendo a gritos:° ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Cuando Jesús se marchaba de allí, le siguieron dos ciegos gritando: '¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 Y partiendo Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros!

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Mateo 9:27
24 Tagairtí Cros  

El libro que narra el origen de la familia de Jesucristo, descendiente de David y de Abraham.


Los pobres son evangelizados a través de un mensaje que transforma la existencia humana: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, y los muertos son resucitados.


Y una mujer cananea, quien vivía en aquella región, comenzó a gritar: – ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio.


– Señor, ten misericordia de mi hijo, pues es epiléptico y está muy enfermo. A menudo, cuando tiene convulsiones, cae en el fuego o en el agua.


Y cuando salieron de Jericó, muchas personas les siguieron.


Los sacerdotes jefes y los maestros de la ley vieron todas las maravillas que Jesús había hecho y observaban a los niños que gritaban en el templo, diciendo: – ¡Hosanna al Hijo de David! Por eso, los líderes religiosos se enfurecieron;


La gente que iba adelante, y los otros que seguían detrás de Jesús, gritaban: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”.


Llegando a la casa, los ciegos se acercaron, y Jesús les dijo: – ¿Ustedes creen que puedo sanarlos? Ellos le contestaron: – ¡Sí, Señor!


¡Bendito el reino que viene de nuestro padre David!, ¡Hosanna en las alturas!


este espíritu lo ha arrojado muchas veces al fuego y al agua, intentando matarlo. Por favor, ¿puedes ayudarnos? Ten compasión de nosotros y muéstranos tu misericordia.


Y le suplicaron gritando: – ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!


Entonces, Jesús les preguntó: – ¿Cómo es que dicen que el Mesías es hijo de David?


En aquella hora, Jesús sanó a muchos de enfermedades: dio vista a los ciegos, expulsó a espíritus malignos y liberó a muchos de sus problemas.


Continuaban diciendo: – ¿No dice la Escritura: “Qué del linaje de David y del pueblo de Belén viene el Mesías”?


que anuncian la venida del Hijo, nuestro Señor Jesucristo que, como ser humano, nació de la descendencia de David;


sus antepasados son los patriarcas; y de ellos desciende físicamente el Mesías, el Cristo, quien es Dios sobre todos, ¡Bendito sea para siempre! Amén.


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