Lucas 3:8 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia8 Lo que tienen que hacer es vivir de tal manera que demuestren que realmente se han convertido, que han pasado por un genuino arrepentimiento, que consiste en un cambio de mentalidad, para una conducta digna. No se crean tanto diciendo: “Somos hijos de Abraham”, porque yo les digo que Dios puede convertir hasta estas piedras en hijas de Abraham. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19608 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente8 Demuestren con su forma de vivir que se han arrepentido de sus pecados y han vuelto a Dios. No se digan simplemente el uno al otro: “Estamos a salvo porque somos descendientes de Abraham”. Eso no significa nada, porque les digo que Dios puede crear hijos de Abraham de estas mismas piedras. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)8 Produzcan los frutos de una sincera conversión, pues no es el momento de decir: 'Nosotros somos hijos de Abrahán'. Yo les aseguro que Dios puede sacar hijos de Abrahán también de estas piedras. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion8 Haced pues frutos dignos del arrepentimiento, y no comencéis a decir entre vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre;° porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19758 A ver si dais verdaderos frutos de conversión, en vez de decir en vuestro interior: 'Tenemos por padre a Abrahán'. Porque os aseguro que poderoso es Dios para sacar de estas piedras hijos de Abrahán. Féach an chaibidilBiblia Reina Valera Gómez (2023)8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir en vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Féach an chaibidil |
por eso, primero empecé a predicar en Damasco, luego en Jerusalén y en toda la región de Judea; y evangelicé también a los que no son judíos, anunciando que deberían cambiar su manera de pensar para cambiar su manera de vivir y volverse a Dios; demostrando con sus obras que en realidad habían cambiado.
Por eso la promesa se hace válida por la fe, como un regalo, con el objetivo de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham. Esta promesa no es solo para los que viven bajo la ley, sino también para los que viven por la fe, así como Abraham, quien es el padre de todos nosotros.